viernes, 26 de febrero de 2010

LOS PAYANESES, NO SON SERES EXCEPCIONALES.....SOLO SON POPAYANEJOS


UN PAYANES NO ES UN SER EXCEPCIONAL, SIMPLEMENTE ES UN POPAYANEJO.
Por; MARIO MONTENEGRO MONTILLA
Ese popayanejo conserva las características que con exagerada precisión y mucha donosura idiomática, describiera el maestro poeta José Ignacio Bustamante, en un ensayo que sobre la ciudad y sus gentes publicó en su libro PAGINAS VOTIVAS, con el titulo de BIOGRAFIA LIRICA DE POPAYAN, dice así el maestro:”Como allí (Popayán) todo conspira a la meditación y al reposo, el payanes es lento para obrar y para pensar. Sobre un fondo de alegre escepticismo pone al margen de toda grandeza una parca sonrisa de melancólico desdén “.
“Quiero decir que los payaneses se atemperan a la gravedad del ambiente y casi nunca dan rienda suelta a su alegría y a su entusiasmo, como si temiera desfigurar el rostro sereno de la ciudad en una mueca insólita”. Frente a los hechos más jubilosos o inauditos, se contenta con desfilar por las calles en pacifica procesión silenciosa” en cambio hoy no desfila, se contenta con mirar desde los altozanos y balcones señoriales, el desfile enardecido de gentes del montón que gritan, gesticulan, insultan y dan la clara impresión de alienados? sigue el poeta Bustamante:” el grito no desfigura jamás el rostro de las gentes acostumbradas al leve aleteo de la sonrisa”. ”- ¿sería por las captadoras ilegales de dinero o “pirámides”
Ni la gloria militar, intelectual y artística, de que se creen depositarios y guardianes, descompensa su peculiar manera de ser, ORGULLOSOS SIN PETULANCIA, MODESTOS SIN HUMILDAD, CORTES SIN ADULACION, MUNIFICOS SIN DESPILFARRO, VALIENTES SIN TEMERIDAD, ERUDITOS SIN FALSAS POSTURAS ACADEMICAS”.
Un verdadero patojo que tiene enterrado su ombligo a varias calles del Parque de Caldas, en la calle de La Pamba, El Chirimoyo, El Cacho o en el tradicional Barrio Bolívar, de origen y nacimiento auténticamente payanes, conoce de vista como de “oídas” toda la historia de Popayán, de las gentes de mi tierra. “Se de donde viene y para donde van. Es decir, difícil que nos “cañen con par jotas”, se de todos los intríngulis y cruces de las familias”.
Los pocos aristócratas que había en la colonial Popayán hasta los 50 o 60, se cruzaron con la alta burguesía, si por “alta” se consideran las chequeras; y hoy en día hay una clase dirigente que se confunde y se pierde en una común genealogía, donde la nobleza de sangre es absolutamente mínima y desde luego obsoleta. Además, las constantes emigraciones de otros departamentos y la muy nutrida y basta, tosca, ordinaria, del terremoto de 1983, deterioró aún más la clase media obrera o artesanal que existía y creó algo que nunca tuvo la ciudad: un lumpen peligroso, agresivo, inconsciente que se esconde en seres aparentemente inofensivos, pero sin moral ni sentido de pertenencia, que todo lo destruyen cuando se agregan en montoneras y juegan entonces a la “democracia Politiquera”, de una fuerza parlamentaria corrupta, o que no quiere jubilarse para darle el paso a las nuevas generaciones, o carnaval que acaban con el Parque de Caldas- hoy bellamente peatonalizado-, como generalmente acontece con las fiestas del Pubenza, las cabalgatas, la echada de agua y en fin con las protestas sociales y huelgas que se realizan constantemente en oposición a un gobierno centro derechista que entregó en este BICENTENARIO DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO ESPAÑOL, nuestro país a otro imperio más peligroso -7 bases militares- AL IMPERIO NORTEAMERICANO.
En Popayán, los payaneses somos escasamente el 23 por ciento de la actual población. El docente universitario HERNAN TORRES -descendiente directo de CAMILO el HOMBRE DE LAS LEYES-,con notable ironía tenia la idea de CONFORMAR UNA COLONIA POPAYANEJA, esto que parece un chiste, desgraciadamente es una vivencia. Este popayanejo lucha hasta por no dejar que las arcadas del Puente del Humilladero sean utilizadas como escenario y se deterioren con las presentaciones de orquestas con parlantes tan potentes, que remueven los antiquísimos ladrillos, por un lado y por otro, las bases de este puente colonial, sean utilizados como orinales, por los miles de espectadores que allí asisten y no tienen donde hacer sus necesidades, amen de los viciosos que raspan los antiquísimos ladrillos para fumárselos en un “surungo”. -y esto a pocos meses de ser entregada la peatonalización del Parque Caldas, que aumentará la presencia de visitantes y turistas en las horas nocturnas y sin tener en sus alrededores una batería de orinales para el público-, según lo oímos personalmente en una conferencia programada por la Academia de Historia del Cauca, y de la oficina del Bicentenario de Independencia de Colombia 1810-2010, en la biblioteca del Banrrepublica.
Pero la ciudad y su entorno resisten el embate y hasta el ultraje de muchas de las nuevas gentes y sigue imperturbable su marcha hacia el futuro, concibiendo siempre gente importante en la escasez de su porcentaje. Y ese popayanejo integral, se defiende” metiéndose en su concha”, como los gusanos de seda, o como el caracol marino que vive aún después de haber sido sacado de su hábitat.
Ese popayanejo conserva las características que con exagerada precisión y mucha donosura idiomática, describiera el maestro y poeta José Ignacio Bustamante (Q.E.P.D)
Un payanes no es un ser excepcional, simplemente es popayanejo, condición que imprime carácter indeleble. Al popayanejo lo conocen en Colombia y América India, donde quiera que vaya. Por su talante, por su “caminao”, por su manera de hablar, por el castellano que usa, por su innata distinción. Los ejemplos son odiosos, pero valen la pena poner uno: alguien puede creer que esa cortesía natural, esa amabilidad espontanea, ese talante singular, esa postura única, esa presencia personal, la tiene un costeño, un antioqueño, un pastuso, un tolimense, un boyacense, un santandereano o un isleño?. No quiero ofender a ninguno de mis compañeros colombianos pero ellos son diferentes a nosotros o nosotros a ellos? Sin embargo todos somos mestizos. Todos tenemos malicia indígena y arrogancia española. Pero allí en nuestro medio esa mezcla, tomó lo mejor, lo más positivo, lo más brillante y la parte opaca de ambas razas, se las dejó al resto de los colombianos”. -Y eso lo demuestra la historia patria que nos cataloga como, que; POPAYÁN, ES LA COLUMNA VERTEBRAL DE LA HISTORIA DE COLOMBIA-, con 18 Jefes de Estado payaneses que pasaron por la UNIVERSIDAD DEL CAUCA y más de una veintena de Universidades e Institutos Universitarios en la ciudad , Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, ONU-UNESCO 2009.
-Pero óigase bien, somos un pueblo paupérrimo. A duras penas hemos salido de la Colonia Española. No tenemos grandes fábricas, ni complejos industriales, en casi cinco siglos no tenemos CARRETERA AL MAR, el aeropuerto lo tenemos enclavado a una cuadra de la zona urbana, ni la civilización ha desarrollado todos sus inventos y su perspicacia futurista en nuestro medio. Vivimos semi-detenidos en el tiempo, entre otras cosas porque del tiempo tenemos una idea diferente.
La mayoría de nuestros compatriotas colombianos creen que el tiempo es el mañana. Nosotros los payaneses, creemos que el TIEMPO ES UN ETERNO PRESENTE. Nuestro ayer y nuestro hoy se confunden con nuestro mañana. Es una manera singular y muy cognoscitiva de ser felices y vivir sin amarguras, porque comprendemos que la vida del hombre es una línea recta que va hacia adelante y la felicidad del hombre en cambio, para serlo de verdad, debe ser un círculo y repetitivo.
Como no puede alcanzar esta meta, siempre está frustrado. En cambio nosotros como vivimos un eterno presente, nada recorta nuestros sueños, ni ensombrece el presente, por lo cual nuestro asombro nunca crece como un monstruo, y nuestra alegría tiene la mesura del raciocinio.

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